Elíptico y económico thriller muy serie B (produce Bennedict Borgeaus, el mismo de algunas joyas de Allan Dwan) rodado con inteligencia por el incipiente maestro Siegel. La trama sigue la odisea de un hombre inocente acusado de asesinato y el intento desesperado de su abogado y mujer de demostrar su inocencia. Un film por lo general correcto, en el que se nota el talento narrativo de su autor y en particular dotado de una media hora inicial sensacional, tanto, que llega a perjudicar un resto que nunca está a la altura de aquella
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