Penúltima aparición de Audie Murphy en su ciclo de películas del Oeste y una producción en la línea de los títulos postreros que rodó este soldado reconvertido en estrella cinematográfica del western serie B. En esta ocasión, la película tiene un argumento muy típico, con un capitán del ejército (Murphy) enfrentado a un sargento corrupto (Kenneth Tobey) que está dispuesto a negociar con los apaches para venderles rifles. La película es simpática, aunque adolece de una estética ya algo televisiva. No en vano, William Whitney, quien había comenzado rodando algunas series interesantes en los años 50, en la década de los 60 se dedicaba más a la televisión que al medio cinematográfico, siendo este film ya demasiado afectado por una estética de rodaje rápida. Es un producto que mantiene cierta simpatía dentro del formalismo/formulismo total que posee.
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