Una auténtica rareza y curiosidad, en esencia un fanmade en toda regla. Esta versión mezcla el montaje original con el Final Cut, incorporando además escenas creadas con inteligencia artificial que buscan ser totalmente fieles al espíritu de la película. La intención es reconstruir la visión original del guion básico, respetando al máximo los diseños y storyboards originales. Para potenciar la experiencia, se han añadido una obertura inicial, un intermedio y un cierre musical, lo que extiende la duración hasta casi tres horas...El resultado, más allá de esos cambios sige mostrando su esencia, sin duda la obra cumbre de Ridley Scott, donde despliega su gusto por la belleza visual y su faceta de ilustrador con una fuerte personalidad, sigue siendo uno de los hitos indiscutibles de la ciencia ficción. La película funciona gracias a una sabia combinación de un guion con implicaciones filosóficas, una trama de investigación y un homenaje estético al cine negro (aunque sigo echando de menos la voz en off de la primera versión). La estética de la sci-fi sucia y la brillante fusión de estilos y talentos dan lugar a un espectáculo visual inolvidable. Douglas Trumbull brilla como el verdadero artífice del apartado visual, mientras que la banda sonora de Vangelis nunca ha estado más inspirada. 28 años después, el filme sigue dejando al espectador con la boca abierta. Todo un clásico
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