
El título más prestigioso de Losey y aun hoy en día uno de los mejores. Crónica de un cambio de papeles entre un sirviente (Bogarde) y su amo (Fox) muy bien tramado en un milimetrico guión de Harlod Pinter. La puesta en escena es elegante (Losey aun no abusaba de feos zooms como haría más adelante), aunque para mi gusto el film adolece de un exceso de metraje especialmente en el algo redundante desenlace
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