Solvente mezcla de drama y película de investigación que, en su primer tercio, introduce al espectador en el destino de un avión y un accidente aéreo. A partir de ahí, la narración se centrará básicamente en el proceso de investigación de este suceso, investigación que llevará a cabo un cargo de la compañía, interpretado aquí por el siempre excelente Glenn Ford. La película, por lo tanto, muestra el desarrollo de la investigación, combinándolo con diversos flashbacks que explican la personalidad del (aparentemente) principal responsable del accidente, el piloto interpretado por Rod Taylor, así como los intentos por parte del personaje de Ford de exonerarlo de su supuesta culpa y responsabilidad... Con escasa pero notable música de Jerry Goldsmith, lo mejor de la película reside no solo en un reparto solvente y una puesta en escena bastante clásica por parte de Ralph Nelson, sino sobre todo en un tercio final donde el vuelo del accidente será recreado para descubrir las verdaderas causas de la catástrofe.
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