Uno de los mejores films de Federico Fellini en la década de los 70, en el que realiza un retrato de la ciudad de sus amores, Roma, desde una visión claramente subjetiva. La película está dividida en diferentes bloques que alternan que muestran su juventud en los años 40 y el retrato de la Roma moderna de aquellos tiempos. El resultado se asemeja a un fresco magníficamente pintado, donde los "brochazos" del director suelen ser inspiradisimos. En este fresco destacan su gusto por lo exagerado, lo grotesco, la comedia y los elementos entrañables, que dan lugar a un film muy particular, con una atmósfera sugerente que me parece muy auténtica y sin duda, considero que es una de las mejores obras de su carrera.
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