Probablemente la cima de Norman Jewison, quien aquí rodó un thriller/drama racial con un guion (ganador del Óscar) de Stirling Silliphant que adaptaba la novela de John Ball. Muy bien dirigida, la película logra mantener un tono de atmósfera racista y asfixiante (gran fotografía de Haskell Wexler y música de Quincy Jones), apoyándose en dos actores que combinan muy bien: el galardonado Rod Steiger como un sheriff lleno de prejuicios y un Sidney Poitier que construye a un policía negro orgulloso e inteligente.
Curioso, por otro lado, que pasados casi sesenta años mucho de lo que se presenta y se trata no haya cambiado demasiado en la esencia de la América de los estados sureños. Es un film bien desarrollado, con pocos elementos chirriantes y que dio pie a un par de secuelas con el protagonismo de Poitier como policía
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