Revisitación ochentera del mito del vampirismo , en este caso con el debut cinematográfico de Tony Scott , que aquí hizo un batiburrillo entre la estética publicitaria en la que se había formado y el género fantástico. Estamos ante una película que creo que ,a pesar de sus lagunas ,defectos y esteticismo a veces hortera, tiene su qué ,especialmente por la buena química de las protagonistas -las dos mujeres que encarnan Catherine Deneuve y Susan Sarandon- además de la presencia de un David Bowie muy inquietante
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