Clasicazo ochentero y sin lugar a dudas la mejor película de la trilogía "Mad Max". Un ejemplo de como una secuela puede superar ampliamente al film original aplicando la norma de "mejorar los errores" y convirtiendo una simple historia de western (con fuerte rodeado por indios salvajes y héroes intentando salir del acoso) en un film postapocaliptico, emblemático en todos los aspectos. Rodado con mucha pericia técnica, es practicamente un film antológico a nivel de montaje y de escuela para todos aquellos que quieran disfrutar con un catálogo de escenas de acción a la antigua usanza -con stunts, coreografías de movimiento en que las cosas se ven y todo tiene continuidad y coherencia ideal-... Todo en 90 frenéticos y cinemáticos minutos
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