Versión ochentera del personaje de Mike Hammer, dirigida con brío y pulso por Richard T. Efron. Obviamente, hay que olvidar el original de Mickey Spillane, ya que aquí la película aboga por ser un thriller con un guion algo alocado obra de Larry Cohen, que funciona como retrato del cine ochentero que iba a surgir. Incluye secuencias de acción contundente, violencia, erotismo y muchos elementos políticamente incorrectos que demuestran lo libre y descarado del cine americano comercial de aquellos tiempos.
En el apartado interpretativo, es impagable la actuación de Armand Assante, un actor que siempre he pensado que mereció mejor suerte y que aquí acaba siendo una especie de emulo de Al Pacino en una versión más macarra. También destaca la presencia de buenos secundarios como Bárbara Carrera enfilando su carrera como estrella de un determinado cine comercial de la época, Laurenne Landon además del siempre eficaz Geoffrey Lewis.
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