
Psycho killer alemán muy alejado de las modas presentes en el género por aquellos años, rodado con un sentido visual sorprendente y elegantes movimientos de cámara (hay muchas gruas y casi constante uso de picados) y que propone una atrevida exploración de la trayectoria de un asesino desde su salida del hospital psiquiátrico hasta su recaída en atroces asesinatos. Con música ochentera y obsesiva de Klaus Schulze, el film es casi un antecedente de Michael Haneke -pero con una cámara más ampulosa- tambien algo efectista, pero sumamente interesante película jalonada con una enorme interpretación de Erwin Leder
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