
Interesante thriller que a pesar de su irregularidad acaba siendo uno de los films más divertidos, emblemáticos y representativos de la personalidad de su autor. Una muestra de su estilo seco y a la vez dinámico, de su gusto por los choques entre culturas (aquí la japonesa y la americana), la noción de la amistad y la camaradería (traicionada o no) y también un soterrado romanticismo que aflora con fuerza en el último tercio del film. Y aunque el guión (como casi siempre en Fuller) no acaba siendo lo redondo que debería y la trama un remendo de misterio de novela barata -en el que importa bien poco quien es el culpable- Acaba funcionando por los fogonazos estilísticos, como ese fulgurante asesinato inicial que tiene la película o un final también vertiginoso
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