La última película dirigida por el gran Howard Hawks es un western con el que cierra la trilogía iniciada con "Río Bravo", proseguida con "El Dorado" y finiquitada con este film, siendo su última colaboración además con John Wayne. La película fue muy criticada en su época por algunos sectores que consideraban que era inferior a las otras dos anteriores. Sin embargo, para mi gusto, ofrece todas las virtudes del mejor Hawks y tal vez la única desventaja que podemos encontrar, es reparto de secundarios un poco menos interesante (aunque todos están muy bien), aun así, cabe mencionar la estupenda actuación de Jack Elam, que nada tiene que envidiar al Artur Hunnicutt o al Walter Brennan de las anteriores ocasiones. La historia vuelve a dar una vuelta de tuerca a la clásica situación de héroes atrapados y rodeados de un grupo de malhechores. En esta ocasión, tiene además la ventaja de jugar con el hecho de que el enemigo de la película es un sheriff corrupto, encarnado por Mike Henry, al que se enfrentarán el grupo que encabeza Wayne y sus ayudantes.
Destaca por una puesta en escena perfecta, como siempre, aunque ensuciada muy levemente por algún zoom ocasional, fruto de la época. Pero en general, todo funciona de manera primorosa. Los diálogos siguen siendo maravillosos, al igual que la sensacional banda sonora del gran Jerry Goldsmith.
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