Extraño cruce entre thriller erótico y giallo, a pesar de contar con la presencia de la seductora Erika Blanc, no logra destacar particularmente. Su principal debilidad radica en una estructura que, aunque en teoría resulta muy sugerente, no termina de funcionar. La trama gira en torno a un hombre mayor ornitólogo, que alquila una casa y descubre unas cintas magnéticas. Al escucharlas, se desvela una historia de asesinato (narrada en flashbacks), amores incestuosos y traiciones, que culmina en un baño de sangre. Sin embargo, el problema del film es que nunca consigue superar la promesa inicial de su premisa, convirtiéndose en una obra menos atrevida y más rutinaria de lo que uno esperaría.