Extrañísimo pero muy recomendable western que combina la estética clásica del género con elementos del cine fantástico. La historia sigue a un grupo de soldados y oficiales que, mientras pasan el tiempo en un fuerte olvidado, se ven repentinamente enfrentados a un aterrador caso de canibalismo. Se trata de una película atrevida en su tratamiento del tema, probablemente la mejor que he visto al respecto. No es un género ni una temática sobre la que existan muchas producciones, pero aquí el desarrollo de la historia y el gran trabajo del reparto —especialmente un inquietante Robert Carlyle— logran que el film alcance momentos realmente notables. Sin embargo, algunos aspectos afectan en parte el tono de la narración, como la banda sonora de Michael Nyman y Damon Albarn, que en ciertas ocasiones parece jugar en contra de las intenciones de la película. Curiosamente, en su momento no me convenció del todo, pero en esta revisión he logrado apreciarla en un sentido mucho más positivo.
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