La cumbre del cine de "asesinos en serie" nacido a partir del éxito de "El silencio de los corderos" pero que supera ampliamente los logros de aquella (más efectista y sobrevalorada). Tiene un guión más trabajado, nihilista, morboso que -a pesar de sus trampas- es llevado con destreza por David Fincher con un trabajo de puesta en escena de ritmo lento, siempre preciso, atmósfera claustrofóbica...Con set pieces de acción -como la persecución por los apartamentos, o el gran final- muy bien pensados. Buen reparto, excelente diseño de producción que recrea una estética más cercana a los años 60 que a los 90 gracias también a una labor fotográfica (Darius Khondji) que logra una atmósfera peculiarísima sin hacerse notar. Todo un clásico
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