Inesperada ganadora del Oscar a la mejor película en 1981 y película excesivamente mitificada -probablemente por la composición musical de Vangelis que la hizo famosísima en todo el mundo- Producción muy correcta que vista en la actualidad muestra los defectos y las virtudes de su cineasta, el hoy olvidado Hugh Hudson -flor de un día- de la realización británica y perteneciente al mismo grupo de realizadores como Ridley Scott o Alan Parker que provenían del mundo del documentalismo y la publicidad. Estamos sencillamente ante la crónica ( explicada en flashback) de dos corredores de las Olimpiadas de 1924 Harold Abrahams (Ben Cross) y Eric Liddell (Ian Charleson), todo desde una perspectiva a la que le falta mucha pasión y emoción, producto muy bien rodado y muy bien empaquetado, con excelentes trabajos de diseño de producción y fotografía, pero la falta verdadera empatía emocional acaba mostrando un título que me parece de ver y olvidar con bastante facilidad.
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