Ambiciosa adaptación televisiva de la famosísima novela de Mary Shelley intentaba ser fiel al texto original, a pesar de las variaciones y cambios de personajes introducidos en el guion escrito por Don Bachardy y Christopher Isherwood. Aunque se pueden notar algunas discrepancias, no se puede negar que la versión trataba de mantenerse bastante cercana a la esencia de la novela. Dirigida con corrección por Jack Smight (curioso artesano con algún film de querencia en el fantástico), la película tiene momentos destacados, pero también presenta irregularidades en su desarrollo (son 180 minutos) En mi opinión, traiciona un elemento clave al retratar al científico como el barón Frankenstein, interpretado por Leonard Whitling, quien parece más un ayudante de los otros dos doctores que aparecen en la trama y que tienen más carisma (James Mason y David McCallum). Además, otra debilidad del film es la interpretación de Michael Sarrazin -actor limitadísimo- como la criatura, que queda muy por debajo de encarnaciones míticas como Boris Karloff o Christopher Lee, aunque , nos se puede negar que Sarrazin mejora en el desenlace desenfrenado del tercio final de la trama.
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