DEMASIADO TARDE PARA LÁGRIMAS (Too Late For Tears, 1949 -Byron Haskin)

 

Ejemplar sólido del cine negro clásico, confirma la destreza artesanal de un realizador -Byron Haskin- que supo moverse con solvencia entre distintos géneros. Sin alcanzar la categoría de obra maestra, el film despliega una narrativa de notable consistencia sustentada en el arquetipo de la femme fatale, encarnada por una brillante Lizabeth Scott. Su interpretación, a medio camino entre la sofisticación y la ambigüedad moral, sostiene el relato con admirable intensidad. La trama —centrada en la codicia y la corrupción moral derivadas de un maletín lleno de dinero— desarrolla con precisión los códigos del film noir más clásico. De dirección sobria, su ritmo sostenido y su atmósfera de serie B contribuyen a consolidar un título reivindicable dentro del panorama negro de la época.