
Mediocre secuela ya rutinaria, que abandona el desmelene humorístico involuntario de la tercera para ofrecernos más de lo mismo, con el cambio de dirección a un J. Lee Thompson en plena efervescencia de subproductos Cannon. Muy aburrida
Notable ejemplar de esos telefilmes de los años 70, con buenas ideas y rodados con bastante solvencia... En este caso, una historia en la qu...
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