
Mediocre secuela ya rutinaria, que abandona el desmelene humorístico involuntario de la tercera para ofrecernos más de lo mismo, con el cambio de dirección a un J. Lee Thompson en plena efervescencia de subproductos Cannon. Muy aburrida
Paradigma DePalmiano y un film muy entretenido que cruza el "Blow-Up" de Michelangelo Antonioni con "La conversación" de...
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