Un espectáculo visual (en BD es orgiástico) tan hiperrealista y gore como honesto que ofrece lo que promete y es fiel a una única idea llevada hasta las últimas consecuencias: La pasión como sufrimiento, narrar el dolor y la agonía de la figura histórica/religiosa de Jesucristo explicado con una crudeza y realismo jamás experimentados. Porque Gibson es un ferviente cristiano y quiere demostrar su concepto de sufrimento/sacrificio por y para...Puede gustar o no, pero fílmicamente la escritura está expuesta sin ambiguedades, de forma directa, como un puñetazo en la boca, con todos los recursos técnicos y artísticos de los que se dispone y con evidente talento, sabiendo llevar al espectador hacia su terreno, demostrando un gran gusto visual (aquí ayudado por una de las mejores fotografías de la década). En su estreno la tilde de pornografía de la violencia y aunque no pueda estar de acuerdo en lo que me quiere vender (el fondo) la contundencia/belleza de su forma, su ritmo, incluso el aire tenebrista y fantástico que tiene en muchos momentos, me parecen notabilisimos
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