
Interesante y sorprendente film con el que Edwards dio un giro a sus habituales comedias para adentrarse en el terreno del Western. Algo alargada en su conjunto, pero siempre muy agradable de ver, la historia sigue los patrones del género crepuscular de aquellos años, con aire fatalista y tristón , toques de sentido del humor ácido y cínico...Y en su segunda mitad clara melancolía. Buenos secundarios y un excelente dueto protagonista que funciona muy bien (el veterano William Holden, el joven Ryan O´Neal) aderezado con una puesta en escena elegante y el soberbio trabajo de Philip Latroph en la foto y Jerry Goldsmith en la bso (su mejor score en el género en mi opinión)
No hay comentarios:
Publicar un comentario