Todo un compendio de los peores modos del cine "de escándalo" tan en boga en la década de los 70 pero actualizado a una estética más sucia y actual. Película que busca el provocar por el provocar y que sustituye el suspense de la trama por un atropello de tópicos en el fondo más rancios y viejos que el propio cine. Su planteamiento es cuanto menos curioso (un actor porno en declive acepta la oferta de protagonizar films improvisados, cada vez más fuertes), pero su desarrollo narrativamente pedestre, aburrido (son 96 pesadísimos minutos que cuentan poco y sin gracia) remarcado además con una serie de secuencias "fuertes" que a mi más me provocan la risa en su demencial plantemiento y puesta en escena...No se, creo que en cualquier Gore juguetón de los 80 había más mal rollo verdadero que en esta sucesión de tonterías, narradas además con una pretenciosidad risible y una de la peores bandas sonoras que recuerdo. De ver y olvidar
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