Entretenido y tramposo film de juicios, con Richard Gere como abogado estrella que se apunta a la defensa de un caso difícil: Un joven monaguillo (Edward Norton, el mejor de la función y que hace palidecer a los ticks de Gere) acusado de asesinar brutalmente a un arzobispo. Un guión increíblemente efectista pero también efectivo ( y ahí coger a Hobbit de realizador tiene justificación) , que desde el punto de vista psiquiátrico y legal tiene enormes lagunas pero como cine comercial -de consumo y olvido, pero digno- es bastante recomendable
No hay comentarios:
Publicar un comentario