Malogrado film de terror de los últimos tiempos, con un excelente planteamiento, especialmente en los primeros 40-45 minutos, en los que una pareja de desconocidos alquila por error la misma casa a través de una plataforma de alquiler y deberá pasar la noche allí. Establecen una relación que se verá malograda cuando descubran un secreto que alberga la casa. A partir de ahí, la historia se quiebra, apareciendo otro personaje y, más adelante, incluso jugando con un absurdo flashback en una película que es un claro ejemplo de cómo un guion que se pierde puede realmente destruir las posibilidades de una historia. Al final, no acaba siendo sino un remendo -a peor- de aquella vieja película de Wes Craven que se llamaba "The People Under the Stairs" (y atención, que la de Craven tampoco era una película para tirar cohetes).
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