Toda una rareza: Un thriller con un guión muy mediocre que no sabe aprovechar las posibilidades de la trama, dirigido con muchas ganas por Blake Edwards, amén de un sensacional score de Henry Mancini o una atmosférica fotografía de Philipp Latroph. Es decir, la habilidad de . sustentar una película con una buena dirección y una percia técnica al servicio de una trama mal desarrollada
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