Curiosa película que aprovecha una parte del libro "Drácula" de Bram Stoker para establecer la historia del Deméter, el barco donde los restos del conde son trasladados hacia Inglaterra. Durante el transcurso del viaje, la criatura va eliminando a los tripulantes del barco. No ayuda nunca la representación de la criatura vampírica, que se asemeja más a un extraño alien que al tradicional "Nosferatu" de Murnau o a los clásicos vampiros con una presencia más humana. En lo positivo, el film tiene bastante atmósfera, destacando especialmente la dirección de fotografía de Tom Stern (muy criticada por algunos, pero que a mi me parece resolutiva y eficaz). Sin embargo, el problema de la película es su excesivo metraje, de casi dos horas, lo que la convierte en un producto muy previsible y sin apenas interés.
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