
Rodada con la intención de ser un experimento desquiciado, Jesús Franco trató -sin conseguirlo- de hacer un homenaje anárquico al cine de terror clásico practicamente sin diálogos.Sobre el papel hubiese sido interesante, pero la puesta en escena es burdísima, llena de horripilantes zooms, desenfoques y panorámicas mal montadas y peor rodadas...Bodrio en la linea de los rodajes rápidos de su cine setentero, acabados pésimos y la sensación de no saber en que tono discurre la narración: No se sabe si es paródico voluntaria o involuntariamente.
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