
Paradigmático ejemplo de la capacidad de Howard para meterse en cualquier proyecto y sacarlo con resultado dispar dependiendo de las bases y el equipo. Aquí la cosa no le sale mal del todo, de hecho me parece un film más que solvente, espectacular, aunque tiene sus peros: Excesivo metraje, la épica topicona (en la que James Horner pone toda la carne en el asador con una partitura magnífica), o unos personajes que aunque basados en tipos que existieron, son arquetípicos hasta la médula.
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