
Serie Z que mezcla terror con western + la obsesión cincuentona del concepto "teen". Parte de una una buena idea (mujer que oculta a un hijo monstruoso, sin que nadie lo sepa), pero cae en la rutina, estropeada por una total falta de presupuesto e imaginación, amén de una pésima caracterización de la criatura (encarnada por un actor que debía tener 50 años)
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